Autor: Alejandro Paredes / BDM en MR Solutions
El más reciente modelo de internet, es La web 3.0, que cuenta principalmente con la democratización que se basa en la tecnología de la web semántica. Esta web se ha construido por medio de una cadena de bloques dejando a un lado el centralizar donde no existe una propiedad centralizada del contenido o las plataformas.
El proceso de filtrado de los datos que hace la web semántica, es automático, por lo que hace que las máquinas comprendan el significado de la información contenida en la web y por esta razón la información se procesa mucho más rápido, con mayor precisión y eficacia.
De esta manera, lo que se busca con la llegada de la web 3.0, es que cada usuario tenga un perfil personal en internet, tomando en cuenta su historial de búsquedas, y este mismo se usará para entregarle una experiencia exclusiva para navegar. Así, cuando se encuentren dos personas teniendo los mismos criterios de búsqueda en un servicio, el resultado se entregara conforme a sus perfiles personales.
Finalmente la aparición de esta nueva etapa web es la necesidad de un internet más inteligente, donde el usuario obtenga lo más cercano y relevante de lo que busca.
Lo que en realidad hace una diferencia entre la web 2.0 es que ya no se necesita la instalación de aplicaciones para poder utilizar determinados servicios, ya que en la web 3.0 es posible utilizar el servicio directamente en el navegador sin la necesidad de instalar algo adicional.
El contenido en la web 3.0, es accesible desde cualquier dispositivo no importando la región dónde se encuentre el usuario. Hace algunos años, era común, que al entrar en una página web desde el móvil tuviera una mala definición; sin embargo, con estas nuevas tecnologías prácticamente esto no ocurre.
En este tipo de web el usuario podrá utilizar la voz, las imágenes y las interacciones inmersivas, algo muy parecido al metaverso.
Algunos ejemplos de aplicaciones que fueron el boom de la web 2.0 son: Chrome, Drive, Dropbox, Skype, Twitter, Whatsapp y Facebook mientras que en la web 3.0 entran las denominadas DApps, que son aplicaciones descentralizadas.
Sin duda, la web 3.0 es una realidad que poco a poco irá penetrando en nuestros hogares y actividades cotidianas, agilizando el trabajo y la vida diaria.